Con casi una cuarta parte de la población mundial viviendo en el sur de Asia, los retos que plantea el desarrollo de una Internet resistente son numerosos, incluso si se descuentan las tensiones políticas, las crisis económicas y las catástrofes naturales que desestabilizan la región en la actualidad y en el pasado.
Esta semana, operadores de redes de toda la región se han reunido en Dhaka (Bangladesh) con motivo de la 39ª reunión del Grupo de Operadores de Redes de Asia Meridional (SANOG). Foro para debatir las últimas mejores prácticas y cuestiones operativas y tecnologías que están aplicando para mantener y hacer crecer sus redes.
En vista de ello, y de la inminente publicación del Índice Mundial de Resiliencia de Internet (IRI) de Internet Society, he aquí un breve análisis de la salud y la resiliencia de Internet en la región para ofrecer una idea de los retos técnicos y de mercado a los que se enfrenta actualmente la comunidad de Internet del sur de Asia.
La resistencia de Internet en el sur de Asia es mayor que en América
Para empezar, la resiliencia global de Internet en Asia es de un respetable 50% (Figura 1), respetable si se tiene en cuenta que más de la mitad de la población mundial vive en la región.
Si ampliamos la imagen, podemos ver que hay poca variación entre las subregiones (Figura 2), con Asia Sudoriental a la cabeza, con un 53%, y Asia Central con un respetable 44% (más que Oceanía y África, y apenas por debajo de América).
Si volvemos a hacer zoom, ocho de los nueve países del sur de Asia obtienen puntuaciones respetables en el índice (Figura 3), con Bután a la cabeza con un 56%, igualando el puesto 14 de toda Asia.
En el otro extremo del espectro se encuentra Afganistán, con un 33%, comprensiblemente dada la reciente agitación política a la que se ha enfrentado el país. Cabe mencionar que su penetración global de Internet (Figura 4) también está muy por debajo de sus vecinos. Y en muchos aspectos, las puntuaciones de los dos países mejor clasificados, Bután y Maldivas, deben tener en cuenta también el tamaño de la población y la penetración de Internet de estos países en comparación con sus vecinos, mucho más grandes.
¿Cómo se mide la resistencia de un país?
Observará en las tres primeras figuras los gráficos de donuts de diferentes colores debajo de cada puntuación del Índice. Los colores se refieren a cuatro componentes (pilares) que contribuyen a la resistencia general y al buen funcionamiento de Internet: Infraestructura, Rendimiento, Seguridad y Preparación para el Mercado.
Si comparamos estos pilares entre sí (Figura 5), podemos empezar a ver dónde destacan los países por su resistencia a Internet y dónde se quedan cortos.
En algunos países, hay bastante disparidad entre estos cuatro pilares. Por ejemplo, la puntuación de Bután en Seguridad está muy por delante del siguiente mejor país de la región (Sri Lanka, 66%).
Si profundizamos más en los puntos de datos que contribuyen a la excepcional puntuación de Bután en materia de seguridad (Figura 6), podemos ver que esta puntuación superior a la media se debe a varios factores, entre ellos su:
- Casi el 100% de las páginas se cargan mediante HTTPS (tráfico web seguro)
- ccTLD que han desplegado DNSSEC (adopción de DNSSEC) y el alto porcentaje general de usuarios que validan DNSSEC
- Puntuación MANRS cercana al 100
- Alto nivel de protección DDoS hacia otros países
- 100% de protección contra la infección por spam (según la lista compuesta de bloqueo).
Aunque hay margen de mejora en lo que respecta a su adopción de IPv6 y a su puntuación en ciberseguridad global, cabe destacar que:
- Los datos de ciberseguridad mundial se basan en la puntuación más reciente del Índice de Ciberseguridad Mundial de la UIT, que era de 2020, por lo que es de esperar que sea mayor cuando se publique la próxima (5ª) edición.
- En el último año ha avanzado mucho en el despliegue de IPv6 (Figura 7).
Bangladesh es el país menos preparado para el mercado
Para terminar, centrémonos en el país anfitrión de SANOG, Bangladesh. Su resiliencia global (45%) es la misma que la de su vecina India y es ligeramente inferior a la media (46%) de la región.
Si aislamos los cuatro pilares para Bangladesh, podemos ver que tres de los cuatro son bastante similares, siendo la preparación para el mercado el mayor valor atípico (Figura 8).
De nuevo, si nos centramos en este pilar para comprender los datos que componen la puntuación de la preparación para el mercado (Figura 9), podemos ver que cuatro de los seis indicadores puntúan entre el 2 y el 12%, siendo la asequibilidad de Internet (asequibilidad media de la banda ancha fija y móvil) y el Índice de Desarrollo de la Administración Electrónica los que más contribuyen a la puntuación global.
En cuanto a la diversidad de proveedores, si nos fijamos en el Informe sobre la salud de Internet del IIJ (del que se deriva esta puntuación) (Figura 10), podemos ver que el país depende en gran medida de Hurricane Electric (AS6939) para la conectividad internacional: casi dos de cada tres paquetes que salen del país transitan a través de AS6939.
Esto significa que si el huracán eléctrico dejara de funcionar, casi dos tercios de la red de Internet de Bangladesh quedarían interrumpidos, como ha ocurrido recientemente en Italia.
Para ser justos, la preparación del mercado es algo con lo que todos los países del sur de Asia y de otras regiones del mundo están luchando. Es importante señalar que el bajo coste del acceso a Internet no es el factor determinante: en muchos casos suele influir una combinación de políticas de fomento de una mayor competencia y el despliegue y apoyo de redes de conexión a puntos de intercambio de Internet, que reducen los costes de tránsito y disminuyen la latencia al mantener el tráfico local.
Más información sobre la Visión 50/50 de la Internet Society para que en 2025 al menos la mitad del tráfico de Internet en las economías emergentes sea local. |
El Índice de Resiliencia de Internet (IRI) de Internet Society pretende ofrecer estos datos y otros más para ayudar a los operadores de redes y a los responsables de la toma de decisiones a identificar los puntos débiles de su resiliencia de Internet y a tomar decisiones basadas en datos para solucionarlos.
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Foto de NYU Stern BHR en Flickr