- Podemos aprender mucho de los éxitos y los retos de los programas de subvención de la banda ancha, como el Programa de Conectividad Asequible (ACP), para mejorar futuros programas en EEUU y otros países.
- Los índices de adopción de ACP fueron bajos en los condados rurales con mano de obra predominantemente agrícola o industrial y en los que tenían una población de más edad. Los barrios económicamente mixtos tenían los mayores índices de adopción.
- El éxito del ACP (o de cualquier programa de asistencia social condicionado a los recursos) requiere recursos locales y una mayor atención política a la pobreza. Se requiere una mayor atención en la aplicación de estos programas, concretamente en la concienciación, el marketing y la publicidad.
El Programa de Conectividad Asequible (ACP) es uno de los varios programas del gobierno federal y estatal de EEUU que pretenden salvar la llamada “brecha digital” mediante subvenciones específicas a los consumidores y apoyo al despliegue de infraestructuras.
Su predecesor, el Programa de Banda Ancha de Emergencia (EBB), se introdujo como parte de la Ley de Asignaciones Consolidadas de 2021. Cuando el EBB pasó al ACP en diciembre de 2021, las subvenciones por hogar se fijaron en 30 USD al mes (75 USD para los consumidores elegibles en tierras tribales) para banda ancha y una subvención única de 100 USD para un ordenador portátil, de sobremesa o tableta.
Aunque estos programas de subvención pretenden mejorar el acceso vital a la banda ancha y las telecomunicaciones de los hogares con rentas bajas, su aceptación ha variado entre los estados y condados de EEUU. Esto se ajusta al patrón de bajos índices de participación en otros programas de subvención de la banda ancha condicionados a los recursos, como Lifeline y Linkup. Las causas son muchas: falta de concienciación, escasa integración con otros programas de asistencia social y documentación onerosa.
Aunque el ACP finalizó en junio de 2024 después de que el Congreso de EEUU no renovara la financiación, podemos aprender mucho de sus éxitos y retos para mejorar los futuros programas de subvención de la banda ancha condicionados a los recursos en EEUU y otros países. Con este fin, el Grupo de Investigación sobre Políticas de la Información de la Universidad Estatal de Pensilvania está trabajando en la comprensión de los factores asociados a las tasas de adopción del ACP a nivel de condado.
Las tasas de adopción varían según los factores económicos y demográficos
A diferencia de estudios anteriores, no nos centramos en las comparaciones transversales de la penetración del ACP. En su lugar, pretendemos explicar las tasas de adopción a nivel de condado, utilizando datos de panel sobre las altas mensuales de abonados al ACP en los cerca de 3.000 condados de EEUU durante el tiempo en que se implantó el ACP.
Una selección de casos de condados en la Figura 1 ilustra por qué nos centramos en la tasa de adopción. Los índices de adopción variaron mucho de un condado a otro: algunos lograron un rápido despegue inicial, otros tuvieron un crecimiento lento pero constante, y otros nunca despegaron. Si se pueden identificar con antelación los condados en los que es probable que la tasa de adopción se retrase, los esfuerzos de marketing y promoción pueden concentrarse allí.
Nuestro modelo estadístico supone que las nuevas inscripciones mensuales al ACP serán proporcionales al número de no abonados elegibles en el mercado. A medida que el programa siga dando de alta abonados, este grupo seguirá reduciéndose, dejando menos hogares elegibles “no convertidos” para darse de alta. Con el tiempo, la incorporación de nuevos abonados se estabilizará en algún nivel de penetración, como en el condado de Apache (Arizona).
Al considerar los factores económicos y demográficos, nuestros resultados mostraron que los condados con poblaciones de más edad tenían tasas de aceptación de la ACP más bajas. Lo mismo ocurría con los condados rurales y los que tenían una mano de obra predominantemente agrícola o industrial, en comparación con los condados con economías orientadas a los servicios. También observamos que, una vez que el programa calaba, tendía a mantenerse mes tras mes. Así ocurrió en el condado de Clay (Kentucky) y en el de Marion (Carolina del Sur).
Los índices de pobreza de los condados se correlacionan negativamente con la adopción de ACP
Éste fue quizá el resultado más curioso, dado que el ACP se dirigía a los hogares con bajos ingresos. Sin embargo, la renta media del condado también predijo negativamente la tasa de aceptación del ACP. Los condados más ricos (medidos por la renta media) obtuvieron peores resultados que los menos ricos.
Resolvemos esta aparente contradicción argumentando que el éxito del ACP (o de cualquier programa de asistencia social sujeto a la comprobación de recursos) requiere recursos locales y una mayor atención política a la pobreza. Los países más ricos pueden tener más recursos, pero no atribuir mucha importancia al alivio de la pobreza a menos que haya muchos hogares necesitados. En otras palabras, los barrios económicamente mixtos son los que mejor funcionan.
Para probar esta proposición, algunos de nuestros modelos incluían el coeficiente GINI (una medida de la desigualdad de ingresos), un fuerte predictor positivo de la aceptación del TCA.
Lo más importante que se desprende de nuestro estudio hasta ahora es que se requiere una mayor atención en la aplicación de estos programas, concretamente en la concienciación, el marketing y la publicidad. Aprender de las estrategias de aplicación de los condados con mayores tasas de adopción permitirá ahorrar en marketing y promoción y mejorar las intervenciones en el futuro.
Este post se basa en un proyecto de investigación realizado por el Grupo de Investigación sobre Política de la Información de la Universidad Estatal de Pensilvania. Entre los miembros del proyecto se encuentran Dong Wook Jeong, estudiante de doctorado, Penn State; Ryan Wang, profesor adjunto, Louisiana State; Krishna Jayakar, profesor, Penn State; Christopher Ali, profesor y Cátedra Pioneer, Penn State; Sascha Meinrath, profesor y Cátedra Palmer, Penn State; y Sydney Forde, estudiante de doctorado, Penn State. Los resultados preliminares se presentaron en la Conferencia TPRC 52 de septiembre de 2024.
Krishna Jayakar es catedrático, jefe del Departamento de Telecomunicaciones y codirector del Instituto de Política de la Información de la Universidad Estatal de Pensilvania.
Las opiniones expresadas por los autores de este blog son suyas y no reflejan necesariamente los puntos de vista de la Internet Society.
Foto de Tabitha Hawk VIA Wikimedia Commons