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Rompiendo la Red: Cómo las sanciones están socavando el acceso de Irán a Internet

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Guest Author | Internet Governance Researcher, Governance Lab
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November 26, 2024
En resumen
  • Las sanciones basadas en Internet socavan la integridad de las redes digitales mundiales y perjudican desproporcionadamente a quienes pretenden proteger.
  • En Irán, las sanciones basadas en Internet están bloqueando el acceso a servicios críticos en la nube y a tecnologías de Internet que mejoran significativamente la velocidad, la seguridad y el rendimiento.
  • Las comunidades marginadas, incluidas las mujeres, las minorías étnicas y las poblaciones rurales, se llevan la peor parte de estas restricciones debido a soluciones de elusión prohibitivamente caras, como las VPN.

El ecosistema digital de Irán está sometido a una presión sin precedentes, no sólo por las restricciones internas impuestas por el gobierno, sino también por el impacto de largo alcance de las sanciones internacionales.

Estas sanciones, en particular las dirigidas contra los servicios en la nube, las plataformas para desarrolladores y los protocolos críticos de Internet, han creado profundas barreras técnicas que fragmentan el acceso de Irán a Internet global. Aunque se introdujeron como herramientas para presionar al régimen iraní, las ramificaciones técnicas de estas sanciones se extienden mucho más allá de su alcance previsto, afectando gravemente a los desarrolladores, las empresas y los usuarios ordinarios de Irán.

Sanciones y Protocolos de Internet: Una perturbación por capas

Las sanciones basadas en Internet son, por naturaleza, impredecibles e incontrolables. Aunque están diseñadas para dirigirse a entidades gubernamentales concretas, sus efectos técnicos producen consecuencias imprevistas que afectan a millones de usuarios normales.

En Irán, las sanciones basadas en Internet están bloqueando el acceso a servicios críticos en la nube como Amazon Web Services (AWS), Microsoft Azure y Google Cloud, así como a tecnologías críticas de Internet como HTTP/3 y QUIC-protocolos que mejoran significativamente la velocidad, la seguridad y el rendimiento. Estas restricciones obligan a los desarrolladores y usuarios iraníes a depender de servicios web y de seguridad alternativos menos fiables, inseguros y obsoletos, así como de protocolos anticuados, que son menos eficaces y más vulnerables a la interceptación y el control.

Como resultado, los desarrolladores y los usuarios ordinarios experimentan tiempos de carga más lentos, seguridad degradada (véase más abajo) y una experiencia de Internet disminuida, lo que agrava los retos de mantener la conectividad en Irán.

Las sanciones han debilitado gravemente la ciberseguridad de Irán al limitar el acceso a herramientas avanzadas y a Redes Privadas Virtuales (VPN) seguras, obligando a los usuarios a recurrir a alternativas inseguras y gratuitas.

Esto aumenta el riesgo de violaciones de datos y ciberataques, como se vio en incidentes como el hackeo de TAPSI en 2023 y la violación de los registros del poder judicial iraní en 2024. Sin acceso a sistemas avanzados como Endpoint Detection and Response (EDR), las redes iraníes son más vulnerables al malware, convirtiendo los dispositivos en herramientas potenciales para los ciberdelincuentes. La combinación del aislamiento digital y la dependencia de VPN inseguras crea un frágil panorama de ciberseguridad en el que las sanciones exponen inadvertidamente a los usuarios iraníes a mayores riesgos.

El caso Adobe: Una red de restricciones y suplantación de DNS

Los servicios en la nube de Abode son un claro ejemplo de las repercusiones imprevistas de las sanciones impuestas a Irán. La Matriz de Puntos Finales de Adobe muestra que sus usuarios deben acceder al menos a 531 dominios para recibir toda su gama de servicios. Nuestro análisis en la Asociación de Comercio Electrónico de Teherán indica que al menos 60 de estos dominios están bloqueados debido a las sanciones de AWS, mientras que las restricciones internas obstruyen otros. En algunos casos, estos dominios están bloqueados tanto por medidas externas como internas, creando una compleja red de restricciones que deja a los usuarios iraníes con poco o ningún acceso a los servicios de Adobe.

Además, el problema de la suplantación del Sistema de Nombres de Dominio (DNS) complica aún más el acceso a Internet en Irán. Las consultas DNS de algunos dominios de Adobe bloqueados se manipulan para devolver la dirección 10.10.34.36, una dirección IP interna que nunca debería aparecer en la Internet pública. Esta técnica interrumpe la conectividad incluso cuando los usuarios utilizan VPN, ya que el tráfico se desvía a una dirección interna no enrutable. A pesar de los intentos de eludir el filtrado, esto hace que determinados sitios sean totalmente inaccesibles, lo que pone de manifiesto hasta qué punto las sanciones perturban el acceso a Internet en Irán.

Captura de pantalla de terminal que muestra cómo el resultado de la consulta DNS a new.express.adobe.com está restringido en Irán.
Figura 1 – Resultado de la consulta DNS para new.express.adobe.com desde Irán, que muestra las restricciones de acceso debidas a las sanciones.
Captura de pantalla de terminal que muestra el aspecto de una consulta DNS estándar a new.express.adobe.com desde fuera de Irán.
Figura 2 – Resultado de consulta DNS estándar para new.express.adobe.com, que ilustra el acceso normal fuera de Irán.

La incapacidad de los desarrolladores iraníes para utilizar una infraestructura moderna en la nube obstaculiza gravemente su capacidad para innovar y competir a escala mundial.

El coste oculto: La discriminación digital

Las sanciones sobre el acceso a Internet no afectan a todos los iraníes por igual. Las comunidades marginadas, como las mujeres, las minorías étnicas y las poblaciones rurales, se llevan la peor parte de estas restricciones. Estos grupos ya se enfrentan a barreras sistémicas fuera de Internet, y la brecha digital provocada por las sanciones agrava aún más su exclusión.

Para muchos, eludir estas sanciones es prohibitivamente caro. Las VPN, utilizadas a menudo para eludir las sanciones y los filtros gubernamentales, cuestan entre 5 y 6 dólares estadounidenses al mes, casiel doble de lo que muchos iraníes pagan por los datos móviles. Para las poblaciones marginadas, este coste adicional suele ser excesivo, dejándolas totalmente aisladas de los servicios digitales esenciales.

Las mujeres que dependen de sitios web globales como Elsevier para la educación o de servicios en la nube para dirigir pequeñas empresas ven sus oportunidades aún más limitadas, lo que agrava su exclusión social y económica.

Este impacto desproporcionado pone de manifiesto la incapacidad de las sanciones basadas en Internet para discriminar entre un gobierno y su pueblo. En lugar de apoyar a la sociedad civil, estas sanciones crean capas de discriminación digital, y las cargas más pesadas recaen sobre quienes ya se enfrentan a mayores dificultades.

El caso iraní debería servir de advertencia mientras el mundo sigue lidiando con las consecuencias de las sanciones basadas en Internet. Internet no se construyó para ser una herramienta geopolítica, y utilizarla como tal sólo perjudica a los mismos ciudadanos a los que debería empoderar. Los ciudadanos de a pie son las verdaderas víctimas del creciente enfoque de la soberanía digital basado en las infraestructuras. A pesar de su vigilancia, escepticismo y sofisticación, han soportado innumerables controles, sin que su concienciación les ofrezca apenas defensa práctica. El futuro de Internet depende de su continua apertura e interoperabilidad, y cualquier intento de convertirlo en un arma mediante sanciones amenaza ese futuro para todos.

Imad Payande es Investigador de Gobernanza Digital en Data for Governance Lab.