- Un estudio de la Beca de Investigación Pulse 2025 desarrolla un nuevo marco para medir sistemáticamente los efectos geopolíticos sobre la conectividad a Internet.
- El marco permite a los usuarios comprender cuándo se “rompe” Internet debido a conflictos o sanciones y cómo los países reconfiguran sus vínculos digitales en respuesta.
- Para los gobiernos, los reguladores y la sociedad civil, estas conclusiones subrayan la importancia de vigilar Internet como sistema de alerta temprana.
A menudo se describe Internet como una red sin fronteras. En la práctica, sin embargo, refleja las realidades políticas de nuestro mundo. Las guerras, las sanciones y las disputas internacionales no sólo aparecen en los periódicos y en el campo de batalla, sino que también dejan huellas visibles en la forma en que nuestras redes se interconectan, dirigen el tráfico y acceden a los servicios en línea.
Como parte de mi Beca de Investigación Pulse 2025, me propuse medir estos impactos. Observando cómo evolucionan las conexiones a Internet entre países en tiempos de crisis, descubrimos que la “geopolítica de la conectividad” puede rastrearse sistemáticamente. Esto es importante no sólo para los ingenieros, sino para cualquiera que se preocupe por la resistencia, apertura y seguridad de Internet bajo presión política.
De las Fronteras a los Routers: Cómo medimos la geopolítica en línea
Para comprender estos efectos, desarrollamos un conjunto de índices que captaban distintas dimensiones de la conectividad transfronteriza:
- Índice de peering: mide cuántas redes de un país están físicamente presentes en Puntos de Intercambio de Internet (IXP) o instalaciones de otro país. Los datos proceden de instantáneas de PeeringDB enriquecidas con el conjunto de datos AS-to-Organization de CAIDA. Esto demuestra cómo la disposición de los operadores a interconectarse cambia con el tiempo(estudio TMA).
- Índice de dependencia: capta en qué medida un país depende de las redes de otro para transportar su tráfico de Internet. Se basa en las métricas de
hegemonía de los EA delInforme sobre la Salud de Internet . Al asignar cada AS a un país, podemos hacer un seguimiento de cómo evolucionan las dependencias de enrutamiento en función de los acontecimientos políticos. - Índice de seguridad: controla la frecuencia de los incidentes de encaminamiento, como los secuestros, que se producen entre países. Combina los resultados de
(Plataforma Global de Inteligencia sobre Rutas de Georgia Tech) y elGRIP (un sistema de detección de orígenes falsificados). Ambos se basan en datos de recopiladores de rutas, que se marcan y se asignan a países utilizando los conjuntos de datos de CAIDA.DFOH - Índice de accesibilidad: evalúa si los sitios web (incluidos los medios de comunicación y la administración) alojados en un país siguen siendo accesibles en otro. Utiliza mediciones del proyecto OONI, que realiza sondeos en redes de voluntarios de todo el mundo. Las caídas visibles de la accesibilidad suelen coincidir con crisis políticas.
- Índice de comercio (contextual): se basa en las estadísticas Comtrade Plus de la ONU para medir los cambios en los flujos de importación y exportación. Aunque no es estrictamente una métrica de red, los volúmenes de comercio proporcionan un contexto económico importante que ayuda a interpretar las rupturas técnicas.
Estas medidas nos permiten ver no sólo cuándo se “rompe” Internet debido a conflictos o sanciones, sino también cómo los países reconfiguran sus vínculos digitales en respuesta.
Un estudio de caso: Rusia y Ucrania
Cuando Rusia invadió Ucrania en febrero de 2022, los efectos negativos fueron visibles tanto en el mundo físico como en el digital.
En el índice de interconexión, el número de redes ucranianas que participan en IXP e instalaciones rusas disminuyó aproximadamente un 85%, y el descenso comenzó incluso antes de la invasión (Figura 1).

Al mismo tiempo, los volúmenes comerciales declarados entre ambos países se desplomaron, pasando de unos 1.200 millones de euros en importaciones a casi cero (Figura 2).

El índice de dependencia (Figura 3) muestra una variación limitada, ya que Rusia y Ucrania nunca dependieron mucho la una de la otra para el encaminamiento internacional. Sin embargo, de acuerdo con análisis independientes como

Los índices de seguridad y accesibilidad siguen en fase de desarrollo. El trabajo futuro ampliará estos análisis a otros pares de países y estudios de casos para validar la coherencia con la que estos índices captan las perturbaciones geopolíticas.
Internet no está separado de la política
Las visibles caídas paralelas en Ucrania y Rusia ilustran cómo las conmociones geopolíticas se manifiestan tanto en la interconexión técnica como en el intercambio económico. Internet, en otras palabras, no está separada de la política: forma parte del mismo sistema.
Entender Internet como un espacio geopolítico tiene importantes implicaciones políticas en relación con:
- Resiliencia: Cuando un conflicto interrumpe la interconexión transfronteriza, los países pueden volverse más dependientes de un conjunto más reducido de socios, lo que plantea cuestiones de seguridad y vulnerabilidad.
- Confianza y seguridad: En tiempos de crisis, suelen aumentar los intentos de secuestro y la inestabilidad de las rutas, lo que demuestra que la confianza técnica no es inmune a las tensiones políticas.
- Señales económicas: Alinear las métricas de red con los datos comerciales revela cómo los vínculos económicos y digitales crecen y decrecen juntos.
Para los gobiernos, los reguladores y la sociedad civil, estos resultados subrayan la importancia de vigilar Internet como sistema de alerta temprana. Una caída brusca de la conectividad transfronteriza puede ser el primer signo visible de una escalada política, o el resultado silencioso de sanciones y rupturas diplomáticas.
De cara al futuro
Aunque nuestro estudio del caso Rusia-Ucrania ofrece un ejemplo vívido, el mismo marco puede aplicarse en todo el mundo. Rastreando sistemáticamente cómo se interconectan las redes a través de las fronteras, podemos detectar cambios en las alianzas, vulnerabilidades y puntos de fragmentación.
La conclusión es sencilla: Internet es política, y su resistencia depende de cómo gestionemos esa política. Mantenerla abierta, fiable y segura requiere no sólo salvaguardias técnicas, sino también el reconocimiento de su papel en el panorama geopolítico mundial.
Antonis Chatzivasiliou es becario de investigación de 2025 Pulse y candidato al doctorado en la Universidad de Creta, y se centra en la medición de Internet, BGP y las relaciones a nivel de AS.
Las opiniones expresadas por los autores de este blog son suyas y no reflejan necesariamente los puntos de vista de la Internet Society.


