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Un nuevo capítulo en la fragmentación de Internet

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Guest Author | Harvard Law School
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September 11, 2025
En resumen
  • La fragmentación de Internet se ha concebido de forma demasiado limitada, al igual que las herramientas que podrían combatirla.
  • Los Estados están utilizando una combinación de poderes económicos, legales y encubiertos dirigidos contra Internet en otros países.
  • Estas demostraciones políticas de poder apuntan hacia soluciones políticas en el derecho y la diplomacia internacionales.

La fragmentación de Internet amenaza la interconectividad técnica y social de Internet. Pero la fragmentación de Internet se ha concebido de forma demasiado limitada, al igual que las herramientas que podrían combatirla. La fragmentación de Internet, considerada a menudo como una herramienta interna para reforzar la soberanía estatal, está tomando un giro hacia el exterior, proyectando el poder estatal.

¿Cómo es la fragmentación de Internet?

Normalmente se piensa en la fragmentación de Internet como en naciones -principalmente China, Irán y Rusia- que afirmanun mayor control sobre sus fronteras digitales.

Esta concepción de la fragmentación de Internet la ve como una herramienta aislacionista y a menudo autoritaria: piensa en cierres de Internet, Internets por países, control político de la infraestructura de Internet, etc. Estas prácticas se han descrito a menudo como un refuerzo de la soberanía digital, el control de un gobierno sobre lo que ocurre dentro y fuera de sus fronteras.

Sin embargo, mi nueva investigación demuestra que las fuerzas fragmentadoras de Internet se han diversificado. En lugar de apuntalar principalmente la soberanía dentro de las propias fronteras, la fragmentación de Internet se ha convertido en una forma de que los Estados proyecten su poder hacia el exterior. Y lo hace de formas muy diversas, desde las sanciones al sabotaje, pasando por la inversión selectiva.

Controles de las exportaciones y sanciones relacionadas con la tecnología

Los controles y sanciones a la exportación, una opción cada vez más popular, permiten la fragmentación. Por ejemplo, Estados Unidos ha implantado controles a la exportación de semiconductores que podrían afectar significativamente a los servicios de Internet impulsados por IA dentro de China. Anteriormente, Estados Unidos aplicaba políticas para mantener la tecnología china relacionada con Internet fuera de Estados Unidos, pero los controles a la exportación convierten ese impulso fragmentador hacia el exterior.

Lo mismo está ocurriendo en Irán, donde las sanciones basadas en Internet están bloqueando el acceso a servicios críticos en la nube y a tecnologías de Internet que mejoran significativamente la velocidad, la seguridad y el rendimiento.

Leer: Las sanciones internacionales y las restricciones locales amplían la brecha digital en Irán

Sabotaje

El sabotaje de la infraestructura física de Internet fragmenta la red. La atribución del sabotaje, como el corte de cables submarinos de fibra óptica, es difícil, pero los expertos consideran que el riesgo de incidentes de corte de cables respaldados por China y Rusia va en aumento.

Y no son sólo las potencias mundiales las que emplean esta herramienta para proyectar poder: los rebeldes Houthi de Yemen parecieron cortar cables en el Mar Rojo durante su campaña en curso.

Leer: Cables submarinos del Báltico: Una historia de resistencia, no de miedo

Inversión selectiva en infraestructuras

Quizás sea contraintuitivo, pero la falta de inversión en infraestructuras también contribuye a la fragmentación de Internet. El continente africano, por ejemplo, no recibió el mismo grado de inversión en cables submarinos de fibra óptica que otras regiones. Esencialmente, las decisiones de los inversores con recursos, tanto privados como públicos, de países no africanos afectaron negativamente a la interconexión del continente, una especie de fragmentación por ausencia.

A medida que surjan nuevos modos de conexión, incluidos los satélites LEO, las decisiones sobre dónde poner a disposición esta infraestructura y en qué condiciones políticas seguirán dando forma a este tipo de fragmentación inversa.

Impugnación de las normas que rigen Internet

A menudo se piensa en la fragmentación como la afirmación por parte de los Estados del control sobre la infraestructura técnica de Internet. Pero los Estados también están afirmando su control sobre la infraestructura jurídica de Internet.

Por ejemplo, en las dos últimas décadas se ha producido una importante fragmentación de las normas internacionales que rigen la ciberdelincuencia. Y aunque la ONU aprobó recientemente la Convención de la ONU sobre Ciberdelincuencia, que pretende ser un mecanismo internacional, esta fragmentación resuena tanto en su construcción como seguirá resonando en los Estados que la suscriban.

La fragmentación infraestructural y la fragmentación jurídica interactúan de forma sorprendente. Mi investigación demuestra una correlación entre, por ejemplo, los países africanos con la infraestructura de cable submarino menos sólida y el apoyo a la convención regional sobre ciberseguridad de la Unión Africana (Malabo) (Tabla 1).

Combatir la fragmentación empieza por reconocer sus variaciones

Comprender que los Estados pueden beneficiarse de utilizar la fragmentación de Internet como forma de proyección de poder afecta a los cálculos sobre la lucha contra la escisión. Estos beneficios políticos apuntan hacia soluciones políticas en el derecho y la diplomacia internacionales, y hacia la necesidad de fomentar la inversión.

La fragmentación de Internet no es sólo autoritarismo, control interno o la propia red: hay que tener en cuenta el poder en todas sus formas.

Mailyn Fidler es Profesora Adjunta (Visitante) en la Facultad de Derecho de Harvard.

Las opiniones expresadas por los autores de este blog son suyas y no reflejan necesariamente los puntos de vista de la Internet Society.

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